La Fundación Mi Ciudad Con Vida, nace el año 2000 con la clara intención de crear cambios sociales, a través de programas que promuevan en las comunidades más desfavorecidas   el empoderamiento de sus habitantes para su desarrollo personal y el de su comunidad. 

Creemos firmemente que los niños son el futuro de cada país, al impulsar el desarrollo educativo de los niños, se logra dar a ellos y a sus familias, oportunidades de cambios. 

Hace 20 años comenzamos a desarrollar nuestros programas en el Barrio lipaya, ubicado en la ciudad de Barranquilla, hoy en día hemos podido extender nuestro trabajo a diferentes comunidades como: Soledad con el programa de comedor para 60 niños y en la comunidad Nelson Mandela en la ciudad de Cartagena con el programa de liderazgo comunitario en adolescentes. 

Con la experiencia hemos aprendimos que debe haber un trabajo de articulación entre los colegios, la familia, la comunidad y la fundación donde se integren temas como educación, nutrición y recreación. 

Al identificar las necesidades de estas comunidades abrimos programas como complemento a la jornada escolar donde se realizan actividades con énfasis en valores, desarrollo de habilidades psicoemociónales con el programa de Pisotón de la universidad del norte,escuela de padres de familia donde se capacitan a los padres en estrategias de educación para fortalecer los lazos con sus hijos . Todos estos programas se han creado con el fin de impulsar y fortalecer el desarrollo de la personalidad, los vínculos afectivos y la calidad de vida en general de los niños, jóvenes y sus familias.  

En el año 2005, a través de la Fundación Milenium, se realiza un estudio socioeconómico de la población de niños, jóvenes y sus familias, que arrojó información relacionada con las necesidades básicas (nutrición, escolaridad, presencia de discapacidades, psicológicas a nivel individual y familiar, condiciones de vivienda de aprendizaje entre otros).

En este estudio se encuentran aspectos interesantes como la maternidad temprana, alimentación irregular, altos índices de ansiedad y depresión, discapacidad física y auditiva, atraso y fracaso escolar y retraso en el habla, entre otros.

Con base en estos resultados  la Fundación establece como objetivo establecer estrategias que le permitan intervenir y hacer seguimiento de rehabilitación física, psicológica, social familiar y comunitaria a este grupo de familias.

En el año 2006, a través de una jornada, propuesta por la Fundación, de talleres artísticos (teatro, pintura, música) y proyecto de vida, se comienza a trabajar con siete grupos, que con ayuda de especialistas en estas áreas diseñan un plan de trabajo haciendo énfasis en los valores, convivencia  y desarrollo de actividades ocupacionales.

En este proceso de interacción tallerista –aprendiz se manifiestan las dificultades cognoscitivas, emocionales, morales y convivenciales de estos grupos, lo cual hacia un poco difícil el aprovechamiento de la experiencia artística.

A mediados de este mismo año, se establece un mayor vínculo con la comunidad a través del fortalecimiento del trabajo de familia –La Fundación, logra identificar, a través de las visitas domiciliarias y a colegios, aspectos de la dinámica familiar y escolar que pudieran asociarse a sus dificultades  comportamentales en el colegio, familia y en la jornada complementaria. Creando la escuela de padres de familia y creando alianzas estratégicas de comunicación con los colegios del área. 

Se concluye así, al final de esta etapa, que la intervención debe ir orientada a prevenir e intervenir en los problemas de aprendizaje, de convivencia familiar y social, educando a las familias, en particular a los padres y/o acudientes responsables de la formación, en el desarrollo de habilidades psicológicas, sociales, cognoscitivas, morales  y culturales que les permitan su rol con eficiencia.

Así mismo generar espacios de formación en habilidades sociales para los niños, niñas y adolescentes que permitan el desarrollo de un proyecto de vida enmarcado en el acceso y permanencia educativa.